Úrsula había llegado a la escena del crimen donde yacía su esposo sin vida, encontrándose con una Carolina que no tenía ninguna respuesta para aquella joven mujer que estaba anonadada viendo que aquel cuerpo era del hombre que amaba y que apenas estaban empezando una familia juntos.
En los meses siguientes Úrsula había logrado conseguir las prestaciones laborales que pudo de su marido, que por suerte él le había dejado un dinero ahorrado, además de que ella trabajaba ya nombrada en el sector público como maestra de niños y preadolescentes, quienes cursaban los cursos de primero a sexto de la primaria. Pero ella sabía que Darío había puesto unos buenos miles de pesos a disposición de la empresa constructora en la que trabajaba, por lo tanto se había constituido parte de la sociedad de aque
