En los años de estudiante de Darío, él conoció a un tipo de ojos azules, alto, blanco, agradable a la vista por ser, como era considerado entre el pueblo, un rubito lindo, pero de actitud tímida, por ende andaba encorvado y no le gustaba socializar con nadie. Era de un pueblo del interior, igual que Darío, pero al contrario de éste, a Germán le costaba hablar con las personas, era como si le tuviera miedo abrir la boca, lo risible de todo esto era que al igual que al blanquito de ojos claros y rasgados, alto de cuerpo atlético y personalidad atrevida, era que el otro también estaba matriculado en la facultad de derecho. Germán había ingresado a la universidad estatal un año después que Darío, por lo que al ver lo desenvuelto que era aquel muchacho que no se amedrentaba ante ninguna si