8 IVY Encontré a Cooper en el patio t*****o, recostado en el barandal como si estuviera enfermo. Dudé por un momento antes de acercarme y colocar mis brazos alrededor de su cintura. Sentí su calor a través de su camisa. Se tensó por un segundo antes de relajarse con mi tacto. Él era tan diferente al de la noche anterior. En ese momento, era pura calor y pasión, puro dominio y concentración. ¿Y ahora? Se veía tan vulnerable. Tan asustado. “¿Te encuentras bien?” le pregunté, manteniendo mi voz suave. Se volteó para verme y recostó su cadera en el barandal. La verdad se encontraba en sus ojos. No, él no se encontraba bien. Había sido una pregunta estúpida y no quería obligarlo a responder. Por lo que le hice otra pregunta. “¿Por qué saliste?” Su expresión mostraba tanto dolor, que casi p