Capítulo 24 Del forense llegó una información decisiva: en el cadáver de Attilio Corona no se había encontrado ningún rastro de adrenalina, que habría debido producirse, en caso de suicidio, a causa del estrés inmediatamente anterior, sobre todo por un modo tan cruel de matarse y, como indicaba el testimonio de anatomopatólogo, la adrenalina debería haber estado presente en el caso del homicidio del arquitecto si este se hubiera dado cuenta de lo que le iba a pasar, es decir, si hubiera visto al asesino blandir la navaja dispuesto a degollarlo. Solo podía pensarse en una muerte inesperada. «… Por tanto —concluía Sordi en su informe escrito al fiscal Trentinotti—, es opinión de este cuerpo que Attilio Corona no se suicidó, sino que fue asesinado por alguien por sorpresa, sin que hubiera f