Lo primero que hago al llegar a casa es lavar bien el punzón y luego me doy una ducha relajante. Sí, he hecho bien, pienso al verme en el espejo: tengo la conciencia completamente tranquila. Los medios de comunicación, que todavía no saben que el autor del delito resultará ser dentro de poco un asesino en serie, y tampoco yo en ese momento, porque no tenía aún la intención de matar a otros, han dado la noticia del asesinato, las televisiones el mismo día. El periódico más importante de Turín ha publicado la mañana siguiente, a seis columnas: «Homicidio en la colina turinesa – Ama de casa esposa de un médico asesinada despiadadamente con un hierro puntiagudo clavado en una oreja»: en el artículo se incluye una foto de carnet de Maria, tomada de alguna documentación suya, supongo. En cuanto
