Araceli —Mis cachorritas están hermosas. —las miro y sonrío por como les habla, siempre les habla de esa forma y a ellas les encanta, se ríen mirándolo—. Son las princesas de papá... Siiii son mis princesas. —me sale la risa y él me mira intrigada. —¿Listo?. —Si. —voy a agarrar el bolso que él lo preparó y miro por encimita a ver que metió—. ¿Les pusiste ropa de abrigo por las dudas?. —Si... No me confío con el tiempo. —Yo menos. —me mira de pies a cabeza poniéndome un poco incómoda. —¿Qué pasa?. —Estas hermosa. —viene hacia mi sonriendo de lado y creo que es involuntario que él no sabe que tiene una sonrisa de, "te voy a comer toda". —Gracias. —me envuelve en sus brazos apretándome bien a su cuerpo. —No quiero que te enojes... Pero me gustaría que alguna vez uses un jean.