La oficina era un tanto oscura, pero era lo que se esperaría de la oficina de un abogado como el que había representado a Arthur, solo que hasta ese momento no me había imaginado qué el abogado en realidad era un mujer y una muy atractiva qué sé me hizo familiar solo que en ese momento no logre recordarla. —Por favor, tomen asiento—nos indicó mientras rodeaba el escritorio para sentarse en un gran sillón de cuero n***o—disculpen la espera. Se arrellanó en su asiento mientras acomodaba algunos documentos en un sobre amarillo, hojas que probablemente había estado leyendo momentos antes de llamarnos. Delante de su escritorio había dos sillas, una qué tome yo y la otra muy astutamente la tomo Michael, dejando a Ethan parado a mi lado, aunque estando ahí detrás de mi espalda mientras tomab