No fue fácil para mi el tener que aceptar vivir con él, aunque aparenteme él estaba completamente seguro que yo aceptaría porque además de las habitaciones, ambas preparadas para hospedarnos, de igual forma, se tomo la molestia de llenar mi armario con ropa que daban la impresión, pertenecían a una mujer o mejor dicho una ama de casa dedicada a su familia. La ropa era reservada si, pero linda y cómoda o al menos lo fue la pijama, la cual me recordaba mucho a algunas qué había vendido antes. Me pregunte si ahora que estaba segura y que mis hijos estarían a salvo, al igual que la presidencia de la empresa, podía retomar esa carrera. Mis posibilidades era un poco más altas, pero aun así aun requería de una niñera si quería dedicarme al modelaje de nuevo, además de realizar un poco de ejerci