El sabor amargo de tus besos llenan de un dulzor tan extraño a mis labios, que casi podría jurar que con un único beso me he vuelto adicta de tu boca. Vanessa No tengo tiempo de procesar todas las sensaciones que se producen en mi cuerpo debido a los besos de Esteban, ahora mismo mi hermano me lanza dagas envenenadas con sus ojos, no sé en qué estaba pensando, es obvio que Max no respeta la privacidad de nadie y menos cuando está seguro de que esa persona corre peligro estando solo con sus pensamientos. El hormigueo de mi piel se detiene y en su lugar el nerviosismo de ser descubierta es el que me recorre, me siento como cuando me encontró besándome con un chico que pretendía ser mi novio en el colegio, casi lo mata por estar sonsacando a su hermana pequeña. —¡Te vienes conmigo ahora