El fuego del infierno nunca ardió tanto, como el calor de tu tracción que hasta el mismo demonio se compadece de mi desgracia al verme perdido y sin rumbo. Esteban He quedado totalmente vacío, nunca espere escuchar el nombre de uno de mis amigos en la boca de Yxora y menos cuando se supone que es mi nombre el que tenía que salir en medio de su clímax. Ahora entiendo por qué no están juntos, porque es que yo entre en su vida; solo para ocupar una vacante en su cuarto de juegos. Me convertí en su títere, en un juguete fácil de manipular, jamás fui importante para ella, nunca me vio cómo a un hombre capaz de llegar a ser algo más para ella. Me tomo de un solo trago el líquido en mi vaso, me quema en la garganta al pasar, pero no arde tanto como este dolor en mi pecho. Trago, tras trago