Unos ojos que enamoran

1480 Words
Los meses pasaron y me unía más a esas mujeres que desde un principio me dieron su apoyo, su confianza y me abrieron su corazón y su casa, estaba ayudando a Clara con el almuerzo, Julia tenía guardia hoy, al terminar se me acerca y me pide el favor si podía llevarle una ropa y la comida a Julia al hospital, no me negué, ya me conocía este bello lugar por completo, aunque eso no quitaba que pusiera cuidado, subí a mi habitación y me cambie por algo mejor. Al bajar, ya todo estaba listo en un pequeño bolso, Clara me mira. —Solo vas al hospital, no a un desfile de moda, mi niña — se ríe. —Puedo encontrarme al amor de mi vida hoy, Clara. —Siempre me dices lo mismo y todavía nada — me pasa un pequeño bolso. —La fe, siempre hay que tener fe — le digo, mientras salgo de la casa. Jamás pensé amar a este país como lo estoy haciendo, me cubrí lo mejor que pude con la chaqueta, todavía me estaba acostumbrado al frio, Julia me receto unas pastillas para la alergia, mi nariz lo agradeció, el hospital no quedaba muy lejos, así que decidí irme caminando, siento que me llaman y al voltear, era Cristian, lo espere, me saludo y seguimos. —¿Vas al hospital? — asiento —Mi hermana acaba de llegar de la guardia de anoche, está acabada. Cristian vivía a dos cuadras de mi casa, nos hicimos amigos porque su hermana conocía a Julia, al principio, las dos querían emparejarnos, según y que nos veíamos lindos juntos, pero solo había una amistad entre los dos, éramos por así decirlo, mejores amigos, era una persona cariñosa y me encantaba pasar tiempo con él. —Hoy es la fiesta de Lalo ¿irás? — hice una muecs de desagrado. —No sé, no me gusta cuando empieza a insistirme de querer invitarme a salir, creo que no entiende el rechazo. —Si lo entiende — ma toma de la mano y así cruzar la vía — pero es un hombre que lucha por lo que quiere. Lo empujo y me rio de esa tontería, llego al hospital y me despido de Cristian. Veo enfermeras salir y entrar, no veo a Julia por ninguna parte, la llame, pero no me contesto, así que tocaba buscarla, espero y no esté ocupada. Me pasé por todo el hospital, pero nada, estaba tan sumida en mis pensamientos que no vi cuando choque con alguien, caí al suelo con la persona encima de mi, abro los ojos y lo veo. — Creo que no soy el único despistado en este hospital — me sonríe. Creo que estoy en el cielo. Él me ayuda a levantarme y se lo agradezco, porque con ese peso y esa altura que tiene, me dejo sin fuerzas, limpio mi ropa y agarro las cosas que se me habían caído. —Perdón, por eso, la verdad no te vi — noto su bata, qué interesante, es Doctor. —No te preocupes, pero puedes ayudarme a buscar una persona, llevo horas y no la encuentro — me mira — Se llama Julia. —La Doctora Julia, sí, está en la sala de maternidad, justo iba para allá. Lo seguí, todos los pacientes lo saludaban con mucho cariño, llegamos y vi a Julia, me acerco, al verme me sonríe y me abraza. —¿Llevas rato aquí? — asiento — Apenas voy leyendo el mensaje que mama me acaba de enviar que ya habías salido para acá, pero como verás este hospital es un caos. —No te preocupes — le entregué el bolso — ahí está todo. Mira atrás para agradecerle al Doctor por su ayuda, pero ya no estaba, bueno sería en otra oportunidad, me despedí de ella y salí, iba cantando una canción que por culpa de Diego se me pego por cantarla a toda hora y en todo momento, sin darme cuenta ya había llegado a la casa, Clara me pregunto por Julia y que como estaba, le cuento todo hasta la bella caída que tuve y como conocí al Doctor, que me dolió que sé allá ido sin ni siquiera darme su nombre, recibo un mensaje de Cristian, le digo que venga y así salir un rato, tocan la puerta y voy corriendo, Cristian está parado viéndome raro. —¿Qué tengo? —Estás feliz, estás feliz de verme, Eso es raro viniendo de ti. —Eres un idiota, no te lo han dicho. Se ríe y besa mi frente, dimos una vuelta por la plaza y de ahí fuimos a una pequeña heladería que quedaba cerca de ahí, empezamos a conversar, aparte de Clara y Julia, Cristian era uno que sabía mi pasado y todo lo que pase cuando vivía con mi tío, Solo él sabe qué hace unos meses me llegaron unos mensajes obligándome a regresar a él si no quería que todo empeorar para mí, estaba tan nerviosa que no aguante más y se lo conté a Cristian, él fue que le respondió y jamás me dijo lo que le envió, solo sé que funciono, porque no volvió a enviarme más, tuvimos hasta tarde, me acompaño hasta la casa, él había decidido ir a la fiesta, yo preferí no hacerlo, además no tenía ganas de nada, Clara ya tenía lista la cena, me senté en la sala y encendí la televisión y me puse a ver un programa mientras cenaba junto a Clara, la veo dormirse en el sofá y me rio, siempre pasa lo mismo, me le acerco para ayudarla a levantarse y acompañarla a su cuarto, antes de salir me dice que no me vaya a dormir tan tarde que mañana temprano vamos a salir hacer las compra, le hago una pose militar y me voy. Regreso a la sala y al verme tan sola decido irme a la cama, recojo todo y subo a mi habitación, le envió un mensaje a Cristian preguntándole cómo va la fiesta, me contesta al acto, me dice que Lalo no dejo de preguntarle por mí y la razón de porque no viniste, me rio, ese chico no conoce él NO como respuesta, nos despedimos y pongo a cargar el teléfono y acostarme, apago la lámpara y me duermo. **** La alarma no deja de sonar y ya me está estresando, cuando la apago y me acomodo para dormir mejor, Clara toca la puerta y entra. —Renata, levántate ya, el desayuno está listo — me quejo. Sale y resoplo, porque a esta hora cuando la cama están tan calentita, me levanto, voy al baño y me cepillo, lavo mi cara y comienzo a vestir, al ir a la cocina, esta Clara desayunando, me sonríe y me pasa mi plato, bostezo cada segundo, el sueño no me quiere dejar y menos a esta hora, terminamos y salimos, íbamos al supermercado del centro, decidimos irnos en taxi, me platica que pronto ira hacer un viaje a México, parte de su familia vivía allí, Clara y Julia no venían de una familia rica, pero el sueldo que ganaba Julia como Doctora, más la ayuda que tenía Clara con la ropa, era más que suficiente, muchas veces les dije que quería trabajar porque me sentía algo incómoda, pero Julia me dijo que si encontraba trabajo era para ayudarme en algunas cosas para mí, pero no a la casa, vivimos bien así, me dijo, llegamos al centro, le pagamos al taxi y salimos, entramos al supermercado y caminamos por todos los departamentos, me fui para la parte de dulce y agarre lo que pude, hace semana atrás le cuide los niños a una vecina y me pago muy bien, como no tenía nada que comprar en ese momento, los guarde, llego hacia clara con los dulces que ya está por pagar, le paso el dinero y paga todo, ayudo con las bolsas y esperamos para que pase un taxi nuevamente, el sol está tremendo, quiero irme ya a casa y poder encerrarme, Pasa uno, se baja y abre la capota, metemos nuestras cosas y subimos al taxi, le indicamos nuestra dirección y nos vamos, al llegar, Cristian está sentado en el porche de la casa, me bajo y lo saludo, nos ayuda a bajar las cosas del taxi y llevarla la casa, le pago al taxi. Acomodo las cosas en la cocina y me acerco a mi amigo. —Pensé que te vería por la tarde ¿Tan mala estuvo la fiesta de Lalo? — me reí. —Solo un poco, su mamá llego antes de lo esperado, hizo el drama y nos sacó a todos de la casa, Lalo no sabía dónde meterse. —Y con el carácter de la señora Mercedes, te creo. —Necesito un favor tuyo querida y bella amiga. No me gustaba esto.
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