Ya está todo bien, pensaba Aster caminando con Inda, las manos de ellos se habían topado un par de veces y aunque él casi se atrevía a tomarla, la vergüenza se lo impedía, sus ojos oscurecidos por la emoción apenas podían contener lo que sentía al tenerla cerca. ¿Cuánto tiempo debía esperar para volverla a besar? ¿Sería siquiera correcto considerarlo? No quería asustarla ¿cuánto sería oportuno para no verse como un demente? —Extrañaba tanto aquí, la vida en la ciudad es siempre tan caótica, esta playa siempre me hace sentir tranquila. —Su voz era un celestial canto y él un simple joven a sus pies. —Papá siempre está más tranquilo, por fin ha tenido tiempo de convivir con Danny. —Murmuró mirando sus manos. —Conmigo sucede igual, las únicas interacciones que tengo con él son cuando estamos a
