CAPÍTULO ONCE Royce abrió lentamente los ojos al escuchar el suave sonido del agua y miró a su alrededor, desorientado. Estaba boca abajo en la cubierta superior del barco mientras el agua le golpeaba la mejilla. El agua le salpicaba la barbilla, subía por su mejilla y llegaba hasta su oído, y por un momento se preguntó si estaba muerto. Royce levantó lentamente la cabeza, con la mitad del rostro escurriendo agua y la otra mitad seca y quemada por el sol, y parpadeó varias veces mientras se limpiaba la sal seca de los párpados. Le dolía la cabeza, su garganta estaba seca, y sentía golpes en todo el cuerpo. Se puso lentamente de rodillas y manos respirando con dificultad y se preguntaba qué había pasado y cómo había sobrevivido a la tormenta. El silencio era lo más escalofriante de todo