CAPÍTULO DIECIOCHO
Genevieve estaba en la altura de pie sobre las gradas, por encima de la multitud abajo y apartando la mirada al sentir repulsión mientras el público vitoreaba ante el espectáculo. El estadio se estremeció mientras hombres y mujeres saltaban y aplaudían. No podía creer la depravación con la que se entretenían estas personas. Deseaba poder estar en cualquier otra parte.
Genevieve se dio la vuelta para irse cuando de repente sintió una mano tomándola del brazo y jalándola de regreso.
Volteó y vio a Moira, su cuñada, mirándola con severidad en medio del caos.
Moira negó con la cabeza en silencio.
“Ahora eres un noble,” le advirtió. “Actúa como uno. A menos que prefieras estar encerrada en un calabozo.”
Genevieve se sintió entumecida y lentamente volvió a mirar el espec
