"No hay instinto como el instinto del corazón." Lord Byron De regreso a su celda, Paul intenta sentirse bien, a pesar de que no puede olvidar la mirada de Claudia. Era evidente que ella no se esperaba algo así. Mas, él tenía que parar y ponerle freno a todo eso. Debía centrarse en salir de la cárcel y continuar su vida. Para Paul habían dos cosas que estaban prohibidas: enamorarse y tener hijos. Haber visto como asesinaban a su madre y todo lo que tuvo que pasar junto a su padre, era suficiente. En el mundo de la mafia italiana existen códigos fundamentales: omertá o pacto de silencio, la familia por encima de todo y no robar ni dinero, ni la mujer a un socio. Esos tres acuerdos, Paul se dispuso a cumplirĺos cabalmente; nunca traicionó a ninguno de sus socios, ni habló mal de ellos;