Lucas Al llegar, Declan estacionó su auto frente a su casa de la manada, una estructura amplia y en su mayoría de vidrio, de diseño moderno y delicado. Era un edificio impresionante que reflejaba la fuerza y la elegancia de su manada. —Bienvenidos, compañeros, —nos saludó Declan con una sonrisa, indicándonos que lo siguiéramos hacia el interior. Justo en la entrada, fuimos recibidos por una joven hermosa de cabello dorado y ojos verdes. Ella corrió hacia los brazos de Declan con una alegría evidente. Declan se giró hacia nosotros con una sonrisa orgullosa. —Caballeros, permítanme presentarles a mi compañera. Su nombre es Elisa. Saludamos a Elisa con respeto. Al enfrentarse a nosotros, noté su vientre notablemente abultado, signo de un embarazo avanzado. —Felicidades, —le dije, señaland