Samantha El nuevo día amaneció con un silencio tranquilo, roto solo por los suaves sonidos de la naturaleza despertando. Al abrir los ojos, noté inmediatamente la ausencia de Lucas a mi lado. Girando, encontré una nota en su lugar, escrita con su característica letra firme y clara. Decía que había ido a recibir a los Alfas que llegaban ese día y que me esperaba para desayunar con ellos en la casa de la manada. La idea de conocer a los Alfas que jugarían un papel crucial en los próximos eventos me llenó de una mezcla de anticipación y nerviosismo. Me levanté, sintiendo una oleada de energía a pesar de la inquietud. Elegí un vestido largo hasta las rodillas, suelto y de un suave color pastel que me hacía sentir cómoda y, de alguna manera, elegante. Antes de salir de la habitación, me d