La recuesta en su cama, no hay paredes, todo los cerramientos son de vidrio blindado, dando una espectacular vista de la ciudad. Es la misma casa a la que fueron a parar aquella vez cuando fueron desterrados de su tierra... Thomás y Aron la conservan en impecable estado y nunca vieron la necesidad de mudarse a otro hogar porque se sentían cómodos allí. Ella se mulle entre el grueso y esponjoso edredón n***o mientras que hace unas muecas con su rostro que él no puede descifrar pero le resultan por demás tiernas, claro está que no deja que nadie se de cuenta de aquello. —¡¿Por que siempre me estas probando?!— Maldice mas para el mismo. Niega con la cabeza sacándose el saco y desabotonando los cuatro primeros botones de su camisa, la cual termina sacando por completo de su cuerpo, parec