Una vez en el hotel, el deseo de Mustafá se aviva velozmente: —Ya me dieron ganas, de tenerte. —Vamos a desempacar. —Luego—musita Mustafá con la respiración acelerada. Toma a Seda con firmeza, se posiciona detrás de ella y su sujeta sus pechos. Seda gime con facilidad, dejándose envolver por la furia que desprende Mustafá, él toma su cuerpo elevando a Seda por las nubes, ella no se queda atrás y hace que su nivel de exaltación aumente de inmediato, Seda es una amante ávida y aventurera, sabe perfectamente conjugar la pasión con el apetito carnal de Mustafá. Al cabo de unas horas esta encimada en él, Mustafá acaricia su espalda con ternura, Seda se relaja y se olvida de todas las fricciones que carga encima, motivadas por la presencia de Sheila en sus vidas. Presiente que esa mujer, c
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