Estambul, Turquía. En su habitación, Kadhir se dispone hacer sus maletas, su madre le sugirió que se fuera de viaje junto con ella, para sacarlo de los tormentos que lo aquejan, la furtiva perdida de su hija a calado muy hondo en el pobre Kadhir. Su esposa Deniz lo mira con rareza, al ver que ordenaba su equipaje. —¿Para dónde nos vamos? —A los Estados Unidos. —Voy también hacer mi equipaje. —Espera Deniz, tu no irás conmigo, te quedarás en Estambul. —¿Cómo? Soy tu esposa y tengo, que estar a tu lado como corresponde. —Tu lugar es obedecerme y nunca lo haces. —No soy tu esclava y tengo voluntad. De la cual tu careces. —Basta es suficiente Deniz, me voy solo con mi madre y punto. —Eso está por verse. —Sino me obedeces lo vas a lamentar Deniz, no querrás aflorar mi carácter—le adv