Edrick toma asiento y con un suave susurro, pronuncia un “Hola”. Mia observa las estrellas, aunque en realidad, simula observar, mientras que trata de controlar los nervios que la poseen, como si fuera una adolescente.
– Mia, ¿Podrías mirarme a la cara?. – Edrick sigue sereno, su voz no muestra ninguna alteración. Mia suspira y baja la mirada, no quiere verlo, o en el fondo si quiere verlo, pero tiene tanto miedo de lo que pueda estallar en ella en el momento en que voltee.
– No creí que estuvieras aquí a esta hora. – Observa sus manos.
– Llevo largo rato charlando con tu padre. – Ella se tensa un poco al oír eso.
– ¿Charlando? No creo que haya sido muy ameno. – La voz de Mia suena apagada.
– Fue… No fue fácil, al igual que sé, no lo será ahora… Pero estoy dispuesto a todo Mia… Por ti
