Muy tarde esa noche, Mia finalmente se acuesta para descansar, ha sido un día largo que parecía no tener fin, completamente interminable para ella. Al final, a estas alturas, ya todo lo que ha pasado no le importa, solamente ese último beso. Aún tiene la sensación sobre sus labios y las lágrimas comienzan a correr.
Con todo ese sentimiento desbordándose en lágrimas sobre su almohada, Mia no se siente sola, todo lo contrario, se siente acompañada, por extraño que parezca, y amada, muy amada, ¿Quizás es por el beso?.
Se va quedando dormida entre las lágrimas, en algún momento medio somnolienta, siente un suave movimiento en su cama, como si alguien se estuviera sentando en ella, Mia levanta el rostro para observar a su alrededor, en la oscuridad ve a sus pies, la silueta de alguien sentad
