El viaje de regreso a casa desde el hospital fue… Incómodo.
El silencio se apoderó del auto de Mia, que fue conducido por Daniele, mientras llevó de regreso a Mia a su casa, junto con Dominik. Él apenas habló, solo un saludo corto y respuestas monosílabas a las preguntas que le hacían: “¿Cómo te sientes? Bien” “¿Te duele algo? No” “Alguien tiene que cuidar de tu salud ¿Estás de acuerdo en quedarte en mi casa? Si”. Nada más se le pudo sacar, se veía muy serio, concentrado, cauteloso.
Es medio día, Mia y Daniele habían pasado la mañana arreglando una habitación para Dominik e instalando sus cosas.
— ¿No te parece que está de lo más extraño? Digo, sé que acaba de pasar por una experiencia supertraumática pero… Mírate, tú pasaste por lo mismo y sigues igual.
— Todos reaccionamos de forma d
