Se sientan a la orilla de la cama, en la habitación de Dominik; él sostiene las manos de Mia con suavidad, mientras que ella se mantiene silenciosa, ruborizada, nerviosa. Este hombre le provoca un sinfín de emociones y ahora está junto a él, mirándose a los ojos, sobre una cama, a sabiendas de que hay una especie de energía o conexión entre ambos. — Sé que te parecerá extraño lo que te voy a pedir, pero… Primero, necesito que te acuestes en la cama. — Dominik rompe el silencio, se mantiene serio, decidido. Mia abre los ojos de par en par ante esta repentina petición. – Confía en mí. — Agrega al ver su expresión. — ¿Qué…? ¿Pero…? ¿Yo…?. — Mia comienza a balbucear nerviosa, pierde el auto control que hasta los momentos, apenas había logrado mantener para verse serena. — Tranquila. — Domi
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