Ataque Clandestino Nicholas observaba a la mujer llorando y suplicando frente a él. Le costaba creer que alguien con un umbral de dolor tan bajo fuera un espía. —Y-yo j-juro.... y-yo n-no l-lo... lo conozco —sollozó, su moco claro mezclándose con las lágrimas—. Solo me dijeron qué buscar y tomar fotos. Pero no... Lo juro por Su Alteza! No filtré nada del escritorio del señor William. H-hice l-lo mejor p-posible para darles fotos d-de información que no eran importantes —balbuceó entre lágrimas— E-estaba estaba haciendo lo mejor q-que podía —sollozó mientras se limpiaba la cara con la parte posterior de su mano. Un rastro de moco y lágrimas desde el costado de su mejilla hasta su cuello era visible ahora. —Tal vez deberías salir por unos minutos más, Alfa —dijo Owen con voz maliciosa a