Oliver. No estaba seguro si esto seguía siendo un juego de mi mente, de la droga, pero era tan real, era más real que mis recuerdos e incluso si era solo una ilusión, no la soltaría, me aferraría a ella hasta convertirla en realidad. Sujeté su mano y comenzamos a caminar fuera, sus pies se deslizaban con los patines e iba muy cerca de mí, estábamos esquivando a las personas que había, tomé las escaleras cuando la sujeté entre mis brazos, llegando hasta el área privada, en mi bolsillo tenía una llave, dejé a la conejita en el suelo y abrí la puerta, algo que me costó un poco, puede que por el alcohol. Tanteé la pared de la derecha, encendiendo la luz de la habitación y era… era un poco extraña, había un tuvo en medio, un jacuzzi a un lado y la cama al fondo, junto con un baño aparte, ad