No huyas del alfa

Capítulo 4 II Parte

Lynsay negó con la cabeza, ahora tenia mas trabajo que nunca, debía tener para el Lunes un documento completo con todas las reservaciones que habia hecho, un tarea descomunal tomando en cuenta que en toda la semana no pararon de llegar personas al “Manhattan wolf” todo eso se debía a la llegada del gran lobo feroz

El hombre apenas habia llegado y toda esa semana se habia vuelto un completo caos, incluso dudaba de que estuviera enterado de ello

O que le importara

No podían darse el lujo de contratar mucho personal, según habia escuchado, el papeleo era gigante asique los descansos eran escasos pero bien recompensados

De repente Amber se sentó derecha con una mirada de determinación en su rostro y ella sonrrio adivinando el cambio de su amiga

—Tienes razón, debo ser positiva —La peli azul asintió para si misma y agrego:— Las palabras tienen poder, pronto el destino, Dios, traeré a mi las respuestas a mis plegarias

—Amen —Lynsay levanto su cappuccino y la peli azul hizo lo mismo, luego de chocar su café juntos dieron un largo trago al delicioso líquido

Ambas se habian conocido de casualidad hace meses atrás comprando el periódico y buscando entrevistas de trabajo, habian congeniado de inmediato y se habian vuelto muy unidas desde entonces, lo cierto era que ambas tenían a la otra para hacerle compañía, los padres de Amber vivian en Seattle, no pudieron pagar sus estudios pero habia conseguido una beca en Nueva York para ser periodista, hace meses que habia obtenido su titulo y no habia tenido la oportunidad de ejercerlo todavía, consiguió trabajo en un tienda de repuestos pero ahora que se habia graduado no podía quedarse eternamente en el campus ni en la residencia estudiantil, por eso ahora necesitaba otro trabajo que le asegurara mas ingresos para costear un alquiler de apartamento

—Me alegro de que al menos tu hubiese obtenido un buen trabajo —Dijo Amber mirándola —Ya quisiera ser yo empleada papasito de Erick White, estas tan cerca de él

—Debiste ir a la entrevista

—Sabes que tengo poca tolerancia con las personas, no soportaría estar tanto tiempo atendiendo huéspedes ni rodeada de ellos —Dijo la peli azul

Lynsay sonrió, no podía imaginarse a su amiga en un traje de recepcionista sonriendo a todos por tantas horas, al menos en la tienda de repuestos casi nunca estaba en la caja sino encargada del inventario

—En cuanto pueda te ayudare a conseguir trabajo —Le aseguro ella —Ahora todo es un caos con la llegada del jefe

Amber casi se quema con su café lo mas las palabras abandonaron los labios de su amiga

—¿Erick White? ¿Ya regreso? —Precia sorprendida

—Este fin de semana según tengo entendido —Respondió ella encogiéndose de hombros, indiferente

—Y lo dices asi —Amber la miro como si hubiese perdido la cabeza —Tu jefe es malditamente sexi, todo un bombon ¿Cómo es que no lo ha conocido aun?

—Se la pasa encerrado en su mazmorra —Dijo ella con ironia y poniendo los ojos en blanco

—En algún momento debe salir de ahí

—No lo sé y la verdad tampoco me importa —Dijo ella sin ninguna emoción en su voz

—¿Qué dices? —Amber abrió los ojos como platos —Se trata de Erick White, el mas rico de Manhattan, sexi y atractivo como el solo y de paso es tu jefe ¿No sientes ni un poco de curiosidad?

Lynsay rodo los ojos, ahí estaba la vena curiosa e inquisitora de su amiga, no sabria decir si la habia desarrollado a los largo de su carrera de reportaje y periodismo o es que siempre habia sido asi

—Las cosas están muy tensas sin tener que ver al jefe, si apareciera de repente las cosas simplemente emporarían, creeme —Fue lo único que dijo ella

Amber hizo como que no la escucho

—Te imaginas ¿Qué se fijara en ti? —Dijo su amiga batiendo sus pestañas en su dirección

—Dios, ojala no —Lynsay abrió los ojos preocupada

—Digo eres hermosa y haces muy buen trabajo —Dijo Amber —Podrias cautivar a un hombre como él

Woo

Su amiga era buena intentando subir su autoestima, aunque tal cosa no era necesario, además Lynsay dudaba poder “cautivar” a alguien, no era particularmente fan de la dieta, era fiel seguidora de la frase “barriga llena corazón contento” por lo que comia su comida favorita sin ningún arrepentimientos hasta que llevaba la hora de ponerse la ropa, tenia demasiadas curvas, era bajita, no tenias rasgos llamativos, su color de ojos era comun al igual que el de su cabello

No habia nada llamativo en su apariencia

—Dudo poder cautivar a un hombre como a él o siquiera que me dirija una mirada en algun momento —Dijo ella —Estoy bastante segura de que a donde sea que va lleva a una modelo diferente con él colgando de su brazo

Amber bufo pero no lo negó

—Eres hermosa, de eso no cabe duda —Dijo su amiga —Esas mujeres no se quieren, ¿como es posible que se dediquen a comer hojas todos los dia para parecer palillos?

—Son modelos

—Aunque lo sean, la mayoria no me parece saludable en la industria del modelajes, necesitans mucho retoques a cada segundo—Ella hizo la figura de una cámara con sus dedo —Ahora tu eres perfecta, cuando el lobo feroz de Manhattan de te vea quedara totalmente hechizado por ti

—Tienes que dejar de leer esas historias, la vida real no es como en las novelas —Dijo Lynsay riéndose de las palabras de su amiga

—¿Y si sucediera?

La sonrisa de Lynsay titubeo

—No creo que sea el momento para pensar en algo asi, por ahora me concentro es en estar bien y segura — “Lejos de él” No podía darle el lujo de conocer algun hombre y desde luego que no podía empezar a fantasear con Erick White

¡Era su jefe!

No existía ni la mas remota posibilidad

Aunque todavía no hubiese estado en la misma habitación que el hombre no le cavia la menor duda de que a su lado seria mas insignificante que una hormiga, un hombre como Erick White jamás le dedicaría una segunda mirada

De eso estaba segura y podía vivir con eso