Con su café de Starbucks en la mano Laysay salió disparada hacia la calle, sus zapatos de tacón de aguja resonaban sobre el asfalto a medida que se avanzaba entre los autos parados por el trafico, su bolso aferrado a su costado y su café en la mano a una distancia considerable, pues lo último que deseaba era que de la rapidez de sus pasos el liquido oscuro se derramara sobre la impecable blusa blanca o los pantalones a juego, al menos el blazer n***o podría soportarlo pero dudaba respecto a los demás, habia tardado al menos siete minutos haciendo el impecable y perfecto moño sobre su cabeza y ya podía sentir algunos mechones de su cabello querer salirse de su lugar
—Pufff—Suspiro cuando el gran “Manhattan wolf” apareció en su vista a unos cuantos centímetros de donde se encontraba, a pesar de tener cuatro meses trabajando como recepcionista en el lugar la vista no dejaba de robarle el aliento y es que edificio parecía querer tocar la nubes, al menos miles de centímetro de acero y cristal era de lo que se componía y ella sabia que el interior era aun mas increíble
Acelero sus pasos estando consciente de que estaba llegando al menos cinco minutos tarde
—Buen dia —Saludo con una sonrisa al portero en las puertas de cristal, el hombre no debía tener mas de cincuenta años y era la persona mas amable que habia conocido desde que habia empezado a trabajar el lujoso hotel
Y también uno de los pocos que habia sido amable con ella durante todo ese tiempo
—Buenos días señorita —Dijo Trevor, el hombre de cincuenta años le ofreció una sonrisa a medida que hacia una pequeña inclinación de cabeza y se apresuraba a abriles la puerta
Lynsay paso como un ráfaga por el prístino y opulento salón de recepción cruzando los dedos para no encontrarse con la gerente, al parecer Dios escucho sus silenciosas plegarias porque no se encontró con nadie en su camino hacia el pequeño cuarto donde ella y sus demás compañeros guardaban sus cosas, luego de retocar su peinado y guardar su bolso en el casillero de lujo con su nombre se apresuro hacia el mostrador donde estaban algunas de su compañeras, los mas estuvo en su puesto el teléfono empezó a sonar y atendió al primer cliente y próximo huésped del hotel
—¿Escucharon las nuevas noticias? —Pregunto una de sus compañeras, Lynsay estaba a punto de ignorarla, se trataba de Alice, una mujer que llevaba mucho más tiempo que ella en el hotel, ella como las demás en el mostrador el primer mes no habian parado de mirar a Lynsay como si fuera más insignificante que una hormiga
Sabia que su pregunta no estaba dirigida a ella pues era algo imposible, la mujer solo se dedicaba a lanzarle miradas de reojos y de hablar a sus espaldas con las demás en el lugar
Aun asi fue imposible que no prestara atención a sus palabras mientras tomaba algunas notas y apuntaba la reservación en la computadora
—El dueño del hotel aterrizara este fin de semana en Manhattan y adivinen que —Alice hizo una pausa a medida que juntaba sus manos y sus ojos brillaban —Se hospedara en su propia suite presidencial
Lynsay entorno los ojos, Alice hacia pensar que se trataba de algo super mega fantástico pero ella habia visto las habitaciones, todas parecían ser una suite presidencial en su opinión, no podía imaginarse que llevaran el lujo a tal extremo por una persona, aunque fuera el dueño del hotel
Le parecía un gasto innecesario, en todo caso, un despilfarro de dinero
“En fin, la vida del rico” pensó con un encogimiento de hombros “El que tiene puede ¿no?” Sin embargo ella no podía imaginarse haciendo tal cosa, aunque admitía que el lugar era digno de caerse de espaldas el lujo era demasiado extravagante y Dios sabia que no se desvivía por lo material
Habita tenido que desprenderse demasiado de sus cosas ese año hasta el punto de apenas cargar con su ropa y lo que pudo de sus cosas en su destartalado auto que habia pasado a mejor vida hace tan solo una semana
Al menos ya no estaba en la calle y desempleada
—¿El gran lobo feroz? ¿Vendrá? —Otra de sus compañeras, Emili, parecía asombrada
Erick White o como todos le decían, él era “El lobo feroz”, ella se haba enterado de eso luego de hacer una investigación exhaustiva para su entrevista de trabajo, el hombre era nada menos que apuesto según las fotos en internet que habia visto y su apariencia física no era lo que mas habia llamado su atención tanto como el hecho de que en su treintena era uno de los millonarios más exitosos del país, dueño de una extensa cadena hotelera que muy pronto aspiraba a convertirse en un servicio internacional
Todo eso lo consiguió en tal poco tiempo, el hombre definitivamente era digno de admirar
Desde luego que también estaba a sombrada de tal acontecimiento, si bien sabia que “el lobo feroz de Manhattan” vivía en su propio hotel en los cuatro meses que llevaba en el puesto de recepcionista no habia podido siquiera conocerlo, hace una semana habia viajado a otras de sus sucursales, era un hombre que se dedicaba y observaba de cerca su negocio
Cualquiera con dos dedos de frente lo haría si estuviera ganando millones con ello
Tal vez
Sin embargo no solo habia escuchado de lo atractivo y millonario que era sino que se trataba de un hombre implacable en los negocios, incluso corría el rumor de que podía olfatear las buenas oportunidades o el éxito acercándose, Lynsay habia sonreído y negado cuando habia escuchado todo aquello, ella simplemente esperaba que el jefe todopoderoso aun no hiciera acto de presencia, no estaba lista para afrontarse a un hombre como él, imponente y con tanto poder que asustaba, ya habia respondido todas las preguntar durante su entrevista, solo queria hacer su trabajo lo mejor posible, conservarlo y sin que le estuviera respirando en el cuello, por la tensión en lo demás empleados sabia que no todo podía ser tan tranquilo por siempre
—No puedo creer que un hombre como él este solo —Alice suspiro batiendo sus pestañas
—¿Solo? Yo lo dudo sinceramente, quizás este soltero pero solo nunca —Replico Emili
Lynsay puso los ojos en blanco por la conversación de las dos mujeres, para nadie era un secreto que el exitoso hombre tenia una desfile de mujeres a sus espaldas, en cada foto de la prensa salía con una nueva chica colgando del brazo y se dice que nunca lo han visto en una relación con una mujer y la lista de amantes es descomunal según los medios, ella podía imaginarse el tipo de hombre que era, un payboy o un Donjuan, y es que con la reputación y la fama que tenia no era para menos
—Muy bueno el cotilleo ¿No es así señoritas? —Dijo una voz masculina que ella reconoció de inmediato, se trataba de Damian la mano derecha del jefe superior, es decir: El lobo feroz
Damian también habia sido el encargo de su entrevista antes de ser contratada, el hombre era simpático y muy atractivo, cabello rubio caía hasta sus hombro y ese día estaba vestido con unos jeans negros y una chaqueta de cuero del mismo color, debajo de ella una camisa blanca impoluta al igual que el resto del hotel, incluso informal como ba era digno de algunos suspiros femeninos
Lynsay permaneció en silencio deseando ser ignorada por el hombre asi como por el resto del personal pero los mas Damian puso los ojos en ella le siguieron la mirada de ambas mujeres
—Hola Lynsay ¿Cómo vas con el trabajo? —Le pregunto él
—Muy bien señor Carter —Respondió ella con una pequeña sonrisa y sintiendo un pequeño sonrojo comenzar en su rostro, no era la primera vez que le preguntaba lo mismo, Lynsay no sabia si era porque siempre lo olvidaba o es que parecía que no hacia bien su trabajo
Rezaba porque fuera lo primero
—Saben como se pone esto cuando el jefe aparece —Dijo él y ella contuvo un escalofrió, si, en esos cuatro meses detrás del mostrador habia sabido realmente lo que eso implicaba, las reservaciones aumentaban cada vez mas, incluso mucho mas que en navidad y es que la mayoría de los huéspedes tenían la esperanza de encontrarse con el sexi lobo feroz en el ascensor o por los pasillos
Algo sumamente imposible
Ni siquiera ella habia podía pasar por tal cosa
El hombre o no salía nunca de su habitación o contaba con un ascensor privado que lo llevaba a quien sabe que parte alejado del ojo publico
—Pfff —Suspiro Emili y dijo:— Esto se pondrá duro
Un musculo en la mandíbula de Damian se tenso
—Sino estas conforme con ello conoces la salida —Dijo él y entonces su mirada paso de Lynsay a Alice —Y la puerta es bastante ancha
Oh, y ahí estaba el imbécil detrás de aquella atractiva e impecable fachada, nada era perfecto ni completo en esta vida
El silencio reino en el lugar y ella aparto la mirada, por supuesto que mientras que el gran jefe aun estuviera en la ciudad y en el “Manhattan Wolf” supondría un poco mas de trabajo para todos, sin embargo ella no se estaba quejando y no podía darse el lujo de ello, necesitaba el trabajo, habia tenido mucha suerte al obtenerlo en primer lugar
Ambas mujeres hicieron un mohín con sus labios y ella simplemente aparto la mirada haciendo como que seguía con su trabajo
—Damian —Llamo una voz aguda e irritante que hizo que sus tímpanos se estremeciera y su cuerpo se tensara
Cuatro meses trabajando en el mismo lugar y todavía no podía ignorar a la insoportable gerente del hotel, su jefa y el verdadero grano en el trasero de todos
Incluso Damian apenas pudo disimular la mueca de desagrado a medida que la mujer avanzaba hacia ellos
—Hermosa Alexa, pensé que no te veria hasta al menos en un mes —Dijo él rodando los ojos cuando la morena lo rodeo con sus brazos y lo envolvió en un gran abrazo
—Escuche que Erick vendrá este fin de semana y quise estar para darle la bienvenida —Dijo Alexa, la gerente y su jefa
—Por supuesto, para que mas pudo haber sido —Resoplo Damian y Lynsay reprimió una sonrisa
Las otras dos mujeres se marcharon a atender su teléfonos con el rabo entre las piernas, básicamente habia quedado claro qué clase de bienvenida planeaba darla aquella mujer al dueño del hotel, nadie podía competir contra Alexa, incluso habian rumores de que era la amante del Lobo, lo cierto era que nadie podía llevarle la contrario a la morena sin salir mal parado
Lynsay la evitaba como a la peste lo mejor que podía
—Aplazaría todas y cada una de mis vacaciones por un hombre como Erick —Murmuro Alexa
—¿Y por un hombre como yo? —Damian se volvió hacia ella, su sonrisa trasviera pero solo el brillo divertido en sus ojos podía delatarlo de sus verdadera intenciones
Una sonrisa coqueta y traviesa curvo los labios de la morena que pasaba sus manos por su falda tubo de color negra, parecía estar alisándola aun mas cuando la verdad era que le estaba quitando como podía algunos centímetros extra para dejar un poco mas de piel expuesta
Lynsay hizo una mueca al tiempo que continuaba con su trabajo, no queria ver aquel filtreo entre esos dos asique concentro su mete en la pantalla de la computadora y siguió contestando llamadas, hizo en una hora al menos diez reservaciones mas, Damian no mentía ni exageraba, las cosas se ponían algo duras cada ver que el gran jefe estaba en la ciudad, no es como si fuera del todo malo, al final del mes siempre recibían un bono extra, en su actual situación debía ahorrar todo lo que pudiera para poder comprarse un nuevo auto, era algo imprescindible en su cabeza, después de todo no podía cargar con todas sus cosas en un auto bus si debía marcharse de la ciudad
Lynsay se estremeció
Estaba cansada de huir de ciudad a ciudad y de estado a estado, deseaba poder asentarse para siempre en ese lugar, muchas personas no encontraban el ajetreado Nueva York como su ciudad favorita pero ella no pensaba los mismo y es que gracias a la misma es que ella podía encontrar una forma de mantener su mente ocupada y totalmente alejado de aquellos oscuros recuerdos que surcaban sus pensamientos constantemente