No huyas del alfa

Capitulo 3 I Parte

 Lynsay tamborileo sus dedos sobre la mesa mientras miraba distraídamente todo a su alrededor sin realmente prestar atención a nada

—Pfff —Dejo escapar un suspiro de sus labios mientras llevaba la taza de cappuccino a sus labios

Las personas entraban y salían de la pequeña tienda  a una cuadra de su departamento, ese día habia salido a hacer unas compras para reabastecer su cocina, una de las ventajas de vivir solo era que la comida solia durar mucho mas tiempo por lo que no tenía que salir de su departamento tan seguido, solo al trabajo y de vuelta a casa

“Casa” el pensamiento hizo que su mirada se nublara con visible nostalgia, habia perdido la cuenta de las veces que habia extrañado aquella casa de sus padres en un pequeño pueblo costero en Oregon, extrañaba el sonido del mar a lo lejos asi como a sus padres, tener que decirles que “estaba en busca de buenas y nuevas oportunidades” habia sido la mentira mas grande que habia podido decirles pero ¿Cómo iba a explicar que estaba huyendo? ¿Cómo decirle que la persona por la que tanto tiempo confiaron habia resultado ser  una total mentira y que por eso ella se encontraba a varios kilómetros lejos  de ellos?

Simplemente no podía

El dolor habia sido indescriptible pero lo hacia por el bien de ellos y el de si misma, casi todas las noche hablaba con ellos por teléfono y volvia a mentirles diciéndoles que estaba bien, claro jamás les decia en donde se encontraba, lo último que quería era que Él supiera su verdadero paradero, una vez habia cometido ese error durante ese año y no quedaron ganas de repetir la experiencia

Todavía se recriminaba todo el tiempo que aguanto al lado de David King, un hombre con un atractivo y una inteligencia que deslumbraría a cualquier mujer, pero lo que tenia de guapo lo tena de déspota y machista, habia tardado en darse cuenta del terrible error que estaba cometiendo cuando decidió estar en una relación de mas de cinco años con un hombre como él, al principio todo era hermoso, parecía una novela o una de esas películas románticas cursis que solia ver los viernes por la tarde, desde luego que él se comporto como un hombre ejemplar, todo un modelo a seguir hasta que muy lentamente empezó a mostrar su verdadera forma

Habia tenido la desgracia de conocerlo en la universidad, cursaban diferentes materias por carreras totalmente distintas, él estaba estudiando la carrera de derecho y ella administración de empresas y aun asi lograron congeniar muy bien, Lynsay quedo totalmente deslumbrada por su inteligencia y su atractivo, siempre parecía decir las palabras correctas en el momento indicado, casi parecía un hombre perfecto, luego de algunas citas habian empezado una relación, era una hermosa pareja según decían las personas a su alrededor, ella estaba feliz como una adolescente totalmente enamorada y asi duro por al menos tres años hasta que se mudo con él

Ahí empezó el verdadero infierno

Primero eran algunas miradas enojadas por la mañana o la noche, luego vino el inconformismo, David quería que las cosas solo se hicieran a su manera o de lo contrario estaba mal, para él Lynsay nunca hacia algo bien en casa, dejo de salir con sus amigas porque él se pedía argumentando que ninguna era buena para ella e incluso ridiculizándola en público,  acepto eso y más por amor, por miedo a quedar sola

Habia sido una gran ilusa

Habia tenido que terminar sus estudios en secreto con mucho esfuerzo ya que según su ex “el lugar de la mujer es en la casa  y luego atendiendo a los niños”, un pensamiento muy machista y retrograda que no habia pasado desapercibido, muy en el fondo Lynsay sospechaba que lo que realmente buscaba David en algún momento era eso, retenerla con algun bebe o algo, quizás por eso se enojo tanto cuando se entero que tomaba anticonceptivo sin que se diera cuenta

Un niño era lo último que ella habia querido cuando hasta su corazón empezaba a dudar del hombre con el que estaba

Aun asi no se espero que con el tiempo el comportamiento de su ex empeorara gradualmente, empezaron las criticas y luego los insultos, un tipo de maltrato que no tardo en empeorar

***Flashback***

Lynsay escucho la puerta del gran apartamento abrirse y cerrarse, y luego el sonido de pisadas, suspiro mientras se levantaba de su asiento en el comedor, por todas partes habian hojas con notas que habia hecho y su laptop en el centro en la mesa redonda de cristal, empezó a caminar hacia la cocina consciente de que David llegaba seguro hambriento y recalentó la comida en la estufa, lo habia estado esperando desde la hora del almuerzo y él casi a media noche es que se aparecía

Solo por el hecho de que tenia un examen el dia siguiente era que ella seguia despierta a esa hora, habia dejado de esperarlo desde hace mucho tiempo, simplemente el sentimiento ya no era el mismo

—Aquí estas —Murmuró una voz ronca que arrastraba las palabras y ella se giro a tiempo para verlo en el umbral del comedor arrastrando su saco de vestir, su camisa blanca tenia varios botones abierto y no habia rastro de su corbata por ningún lado ni del futuro abogado impecable, desde donde se encontraba incluso podía notal el olor del alcohol asi como el de una extraño perfume barato

David arrastro los pies por la alfombra hasta llegar a ella y la envolvió desde atrás en un abrazado algo pesado

Lynsay no estaba de humor para cargar con un borracho pero al verlo en ese estado su corazón se ablando y dejo que la abrazara mientras empezaba a encender la estufa

—No tengo hambre —Murmuro David alejándose

—¿Comiste por fuera? —Pregunto ella ignorando la punzada de dolor en su pecho, se habia esforzando ese día en cocinarle un buena un buen platillo, él siempre se quejaba de su comida pero ella habia tenido la esperanza de que ese día fuera diferente

David arrugo su nariz

—No, gracias —Murmuro intentando seguir en pie — No quiero morir de intoxicación alimenticia

“Auch” eso definitivamente habia dolido, no siquiera habia probado lo que habia preparado y decía eso

Lynsay conto hasta diez en su cabeza tomando grande respiración por dos razones

La primera era para aliviar la rabia que sentía

Y la segunda para retener las lagrimas que amenazaban con formarse en sus ojos