Víctor limpió una lágrima de su mejilla y respiró hondo. La silueta en el espejo le mostraba que estaba destrozado, sus ojos le suplicaban que no fuera a hacer ninguna locura de la cual se fuera a arrepentir después, pero en ese momento Víctor no escuchaba, estaba sumergido en la rabia e impotencia hacia sus padres. Por una vez en la vida, quería dejar de ser él, quería descansar de toda su vida, ¿acaso tenía prohibido hacer lo que todos en el mundo hacían? Remangó las mangas de su camisa gris estilo clásica y desabotonó el botón de arriba de la camisa, sabía que para una fiesta juvenil no era bueno estar tan elegante. Despeinó un poco su cabello. Listo, así se veía un poco mejor. Al llegar a casa de Anna en un taxi, la joven ya estaba esperando en la entrada. Vestía un vestido corto d