Anna estaba ahí, mas su mente se encontraba en otro lugar. Se preguntó en qué momento su vida dio un giro inesperado y la lanzó a un mundo totalmente diferente al que ella conocía. Víctor estaba sentado en el balcón del apartamento fumando un cigarro mientras contemplaba el atardecer, cerca de él estaba una mesita de madera redonda donde reposaba una taza de café a medio tomar que poco a poco se iba enfriando. Ella lo veía de lejos mientras se preguntaba en qué momento ese joven tierno y un tanto ingenuo se convirtió en ese que ahora estaba observando. Quería que le trajeran a su novio de vuelta, lo suplicaba con todo su ser. Llevaban un mes de estudio en la universidad y, aunque Víctor llegaba a todas las clases y hacía los trabajos que le ponían de tarea, parecía que no le interesa