—Niña, vi todo desde lejos —Lorena llamó la atención de Altair cuando estaba por abordar la camioneta—. Me quedaré contigo esta noche —dijo y así sin más se dio la vuelta para abordar la camioneta por el otro lado. —No es necesario —le dijo ella apenas estuvo sentada dentro de la camioneta. —Claro que lo es —le dijo Lorena tajante—. No sabes quien es ese hombre, yo sí. Altair que no le había dado importancia a la situación, al ver la seriedad de Lorena, se preocupó. Sus ojos parpadearon. —Deberías preocuparte, si la agarró contigo claro que es para estar desconfiados, ese hombre es una bestia. Tiene fama de maltratar a las mujeres —le dijo Lorena. —Pero no le he hecho nada, no lo conozco, ¿por qué querría maltratarme? —inquirió valiéndose de la lógica, su lógica. —Altair deja de ser