Lorena ni Altair, le respondieron, se limitaron a abordar el automóvil de Eiron. Marcus tenía abierta la puerta de los asientos posteriores. Ambas tomaron asiento en ellos, se miraron por breves segundos y Lorena hizo un movimiento de cabeza de arriba hacia abajo dándole a entender que haría lo que Altair le pidió.
—Si no es molestia, ¿Será que puede detenerte en una droguería? —inquirió Lorena a Eiron un cuarto de hora después.
—Hmm, ¿Ahora? —cuestionó.
—Por algo te lo está diciendo “ahora” —le dijo Altair con cierto énfasis en el tono de su voz al sentir fastidio por su interrogante.
Eiron la miró por el espejo retrovisor y no dijo nada más.Decidió no seguirle la corriente para no caer en otra discusión. Accedió a la petición de Lorena, y se estacionó en la entrada de la primera drog
