—Ya acordamos con Leslie la hora y el día del casting, las espero a todas —anunció Klaus. El alemán al ver que Altair caminó hacia los sanitarios, decidió seguirla pues Eiron estaba allí al lado de ella como perro cuidando un pedazo de carne. —Disculpa —llamó su atención justo cuando Altair estaba por cruzar la puerta hacia el sanitario de damas. Altair extrañada al no tener a nadie delante ni al lado de ella, giró para corroborar que fuera o no con ella ese llamado de atención. —Ah, hola —lo saludó distraída. Fue lo primero que se le ocurrió, no esperaba esa acción. —Em —el hombre dio señas de titubeo—. como parece difícil entablar una conversación contigo esta noche, como me gustaría, ya que el señor Arango parece demasiado sobreprotector con usted, más que con el resto, me tomé el