—¿Qué se supone que hiciste? —inquirió Yidris al otro lado de la línea.
—¿Acaso te volviste loco? —le reprochó Leslie sin comprender el aparente enfado que percibió del tono de su voz—. Te recuerdo que el que se decía mi padre hace años está varios metros bajo tierra.
—Deja el sarcasmo, sabes lo que hiciste —adujo sin bajar el tono de su voz—. ¿Qué es eso de la publicidad que anda circulando por todos lados? ¿Consultaste con Eiron la contratación de esa mujer?
Con la aclaratoria que Yidirs le acaba de hacer, Leslie terminó de ponerse en su nivel, el enfado subió a la estratosfera de su paciencia.
—No tengo que consultar nada con Eiron y mucho menos darte explicaciones a ti de mis decisiones en cuanto a la administración de este hueco, aquí soy autónoma, siempre lo he sido y no va a s
