—Señorita, ¿a dónde nos dirigimos? —le preguntó Marcus al verla con una maleta. Claro que era algo que iba a llamar su atención, por lo general la veía con su pequeño bolso cruzado, o el que normalmente lleva a los entrenamientos, jamás la maleta que llevaba en ese momento en el que se apareció en la planta baja del edificio. Altair miró la hora, le pidieron estar una hora antes de que saliera su vuelo. Iba con el tiempo justo, ni antes ni después para evitar que Eiron pudiera obstaculizar sus intenciones. La noche anterior la conversación con Leslie no terminó en los mejores términos, ante su necesidad de convertirse en la proyección de Eiron e intentar hacer lo que no sucedió al comienzo, que era demostrar autoridad, Leslie por primera vez pudo ver de frente que Altair tenía carácte