Lorena aprovechó el descuido en la discusión entre Eiron y el sujeto para tomar a Altair del brazo, el mismo que el desconocido le tenía presionado, al mismo tiempo tomó la mano al hombre, le clavó sus largas uñas para ayudar a Altair a zafarse del agarre. Lo logró y eso le dio oportunidad a ambas mujeres para correr hacia el automóvil donde las esperaba Marcus parado al lado de la puerta del conductor. —Vámonos, vámonos ya Marcus, por favor —le dijo Lorena en forma repetitiva, en un tono de voz acelerado. En ese mismo instante, Altair se apresuró a abrir la puerta de los asientos posteriores, ingresó al automóvil y la cerró en seguida al tiempo que miraba hacia el exterior para ver qué sucedía entre Eiron y el loco desconocido, activó el seguro. —¿Estás bien? el desquiciado ¿no te hizo