—Un poco… pero parece que se estuviera abriendo. —Eso es porque me estoy dilatando. —Bajé un poco más y sentí la rigidez penetrándome—. Acordate siempre de esto cuando estés con una mujer, no intentes clavársela de una vez, a muchas nos gustan los jueguitos previos. —Nunca me imaginé que tu concha sería tan linda, Gabriela. —¿Te gusta? —Me froté el clítoris—. ¿Así era como imaginabas cogerme? —Sí así, en esta misma posición. —Moví mi cadera, provocando que la v***a siguiera enterrándose lentamente; mi pecho palpitaba de puro gusto. —Pero en tu fantasía yo la tenía metida hasta el fondo, ¿no es cierto? —Continué bajando hasta que mis nalgas chocaron contra sus testículos, ya no podía meterla más—. ¿Sabés una cosa? Hasta que llegaste vos, nunca me habían metido una v***a tan grande. O s