Cuando me desperté me di cuenta que aún estaba en la cama de Magnus. Al mirar la hora en su celular comprobé que era muy tarde, la mitad de la madrugada. Magnus dormía a mi lado tranquilamente con un brazo cruzando mi cintura, por la escasa luz de la habitación pude notar que estaba babeando la almohada y tuve que contenerme para no reírme; seguía siendo el mismo Magnus de siempre. No importa lo bien que coja, él sigue siendo mi hermano... y lo quiero como tal. Aunque ahora lo aprecio un poco más que antes. Acaricié su áspero mentón cubierto por barba de unos días y lentamente fui levantándome, procurando no despertarlo. Bajé de la cama y busqué mi pantalón en la oscuridad… no me lo puse, salí del cuarto desnuda de la cintura para abajo. El pasillo que daba a las habitaciones estaba desie