—Una vez me la depilé, antes de ir a la casa de una amiga. Mi mamá lo descubrió y me hizo confesar el motivo. Yo… le dije la verdad, porque es lo que nos enseñaron en la iglesia. Tenía muchas ganas de probar el sexo oral, que me lo hicieran a mí. Quería saber qué se siente cuando alguien… em… te la chupa. Y mi amiga accedió a hacerlo conmigo… con la condición de que me depilara el pubis. Mi mamá se puso como loca cuando supo esto. Ese día me prohibió seguir juntándome con esa amiga; me hizo prometerlo. También me dijo que quería ver siempre mi v****a con vello púbico, de lo contrario asumiría que yo falté a mi promesa. —¡Ay, qué yegua! —Exclamó Gabriela. —Entiendo a tu mamá —aseguró Lourdes—. Hace unos meses yo hubiera hecho exactamente lo mismo. No lo hace por mala, solo intenta cuidart