Separó mis piernas y sentí su lengua recorrer mi mojada concha de abajo hacia arriba y rápidamente chupó mi clítoris, solté un gemido de placer y cuando pude le tomé una foto. Lo vi bastante seguro de sí mismo, estaba disfrutando del sabor de mi conchita y de los jugos que brotaban de ella. Dejé la cámara a un lado y comencé a masturbar lentamente el pene de Fede mientras meneaba mi cadera y gozaba con la buena lamida que me estaba dando mi amigo, debía reconocer que la situación me calentaba mucho más de lo que hubiera creído. Justo luego de darle una nueva chupada a la cabeza de la v***a de Fede, éste cambió de lugar con Iván. Ahora era él quien se comía mi almejita y yo ya estaba jugando con el pene de Iván, éste vio la cámara sobre la cama y recordó que todo esto lo hacíamos para tomar