Al regresar al hotel debatimos nuestro siguiente paso, la idea más coherente era la de regresar a casa y dar por concluidas nuestras fallidas vacaciones. Les dije que no quería volver, principalmente porque no le quería dar la razón a mis padres. Ellos se burlarían de mí, y me dirían que lo tenía muy merecido, por comportarme de esa manera. Tampoco quería escribirles pidiendo dinero… antes muerta. Nos estábamos desesperando, pero la sabiduría de Iván nos hizo recapacitar. Lo más importante en este momento era descansar, habíamos pasado muchas horas en la ruta y una noche de sueño reparador nos ayudaría a tomar una mejor decisión. Al poco rato nos hallábamos frente a la recepcionista, pidiéndole que por favor nos diera acceso a una habitación económica, para tres personas. La blonda se api