Me encontraba sola, sentada en el banco de una plaza repasando mentalmente todo lo que había ocurrido en mi vida en estos últimos días. Una mujer pasó caminando a pocos metros de mí y me miró, sin borrar la sonrisa. En ese momento fui consciente de que esta mujer no tenía ni la menor idea de lo que yo estaba pensando. Ni se imaginaba siquiera lo que había ocurrido aquel sábado de lluvia con mi familia… ni las ocasiones posteriores en las que las cartas decidieron nuestro destino. Nadie nos vio desnudos, borrachos y excitados, para el mundo seguíamos siendo una familia común y corriente. Sin embargo yo no me excitaba cada vez que recordaba aquel juego o las consecuencias del mismo. Muchas veces pensé en lo mal que estaba todo esto, sabía que era una completa locura pero mi cuerpo me pedía m