En ese momento Mónica tuvo su primer orgasmo de la noche, no solo le estaban metiendo una buena pija por el culo, sino que además tenía a esa “chica buena” justo delante, suplicando para que un desconocido le partiera el orto. —¿Sos tan puta que te vas a dejar romper el orto por todos? —Preguntó Gustavo—. Porque después de mí va a querer pasar otro… —Sí… soy así de puta. Quiero que me metan las cinco pijas bien por el orto… soy re puta… y mi novio es un cornudo… quiero volver a casa con el culo bien roto. —Uy, esta puta me va a hacer acabar ya… —dijo Víctor. —Si acabás ahora, dale de tomar la lechita —propuso Mónica—. Seguramente a esta puta le va a encantar tomársela toda. —Sí… me la tomo toda —aseguró Gabriela, que ya estaba sumergida en un trance de pura lujuria, no le importaba