—¿Qué? No… no puedo… no. ¿Vos estás loca? —Está bien… ya entendí… ya entendí; pero tenía que intentarlo, al menos… decime si no hubiera sido lindo. —Hubiera sido muy enfermizo… ¿Te imaginás que tenga que presentarte a mis amigas? “Esta es mi hermana Valeria, ah… por cierto, también es mi novia”. —Suena bastante a una locura, si lo explicás de esa manera. Yo me refería a una relación sobre la cual nadie tiene que enterarse, sólo vos y yo. —Me vas a ocasionar un ataque de angustia, Valeria. —No te hagas la víctima, Gabriela. Acá la que sale perdiendo soy yo. Vos vas a seguir cogiendo con todo el mundo y ahora me vas a ver a mí como a un bicho raro, no vas a querer pasar otra noche conmigo… te vas a acostar con todos en esta casa, menos conmigo. —No dije eso… a mí me gustó lo que pasó