Capitulo 2

1389 Words
Quería comenzar con un poema, pero sinceramente soy muy mala en eso, no los entiendo mucho que digamos así que es mejor seguir contando mis historias. Flash Black. El dolor es un sentimiento que lamentablemente tarde o temprano sin importar llegara, sentir esa emoción que te desgarra la vida. Es un sufriendo tan grande que sientes que el alma se te rompe en mil pedazos, es como cuando tiene un espejo y lo dejas caer de una parte alta, que se quiebra en pedazos lo peor es que en cada uno de esos trozos te puedes ver reflejado, así es el alma. Se llega a unir, pero dejando cicatrices que no se pueden sanar, tan solo son una pega o unión inestables, es normal pues después de que algo se rompe aunque se pueda armar no quedará igual, siempre quedarán grieta. Escucho un grito fuerte, horrible, nunca antes había escuchado algo así desgarrador, la puerta se abre de para en par para luego entrar de golpe mi madre, la veo llorando incontrolable mente, dejo mi laptop en el sofá y me acerco a ella. — ¿Te caíste mamá?— Me acerco para tomarle la mano, ella tan solo niega con la cabeza— ¿Qué está pasando mamá? —Tú — Dice entre lágrimas sin poder explicar bien. —Mamá yo que, no te estoy entiendo y quiero ayudarte. —Tu tía murió, tan solo ella ya no está. Siento por primera vez mi corazón romperse, caigo en un vacío sin fondo, me siento flotando, tan solo siento mis piernas flojas y sin darme cuenta están el piso, estoy arrodillada sin evitar que mis lágrimas salga sola, no puedo hablar, mi garganta está seca, escucho la puerta del cuarto y observo a mis hermanos salir de allí, mirándonos con preocupación. — ¿Qué pasa mami?— Pregunta mi hermano de 4 añitos llorando solo por vernos así. —No pasa nada amor, por ahora no— Observó a mi hermano Manuel y le hago seña que se lleve a los niños a jugar. Él no tarda en entender y se los lleva, sin decir nada más mi madre comienza armar una maleta, este día para mí pasa lentamente, pareciera interno. Comienzo un día tranquilo entre preparar la comida y dormir, no me doy cuenta de que así pase una semana, tampoco me había dado cuenta de que mi madre había regresado. El dolor de no poder despedirme de ella, de decirle adiós, que la amo, que quería que estuviera acá, comienzo a recordar su risa, sus palabras cada momento con ella, suspiro y miro al cielo. —Te prometo tía que ningún hombre me hará el mismo daño que te hizo, cumpliré mis metas y lograré ser una mujer de bien, te prometo que primero serán mis estudios que el amor, de igual manera le hablaré a mis hermanos de ti, te prometo seguir mis sueños. Sonrió al verme en el colegio, sentada en un banquito hablando sola, mi amigo se acerca a mí y se sienta cerca de mí. —Lamento todo lo que te paso, no puedo hacer mucho— Sostienen mi mano, coloco mi cabeza sobre su hombro. —Haces mucho más de lo que piensas, el tenerte acá a mi lado— Suspiro mientras muerdo mi labio para evitar llorar. —Llora si lo necesitas— Daniel Acaricia mi cabello— Acá estoy para ti, Samantha. —Lo sé, solo que no me gusta llorar, además es tarde vamos a clase, bueno o debo entrará a mi son y tú en el tuyo. —Kimberly no es bueno que tengas todo. Me levanto, para estar frente a él, tan solo sonríe y me observa, hace lo mismo que yo, nos entendemos, él me trataba tan bien, pero aún no pudiera y no quería salir con nadie, aunque el hecho que el mi hiciera con alguien más, mi estómago se revuelve un poco. —Kim ¿Tienes tu trabajo listo?— Pregunta mi profesor acercándose a mí, sacándome de mis pensamientos. —Si acá tiene— Se lo entrego sin decir mucho, ellos ahora por ahora me comprenden. — ¿Te pasa algo más?— Pregunta Victoria un de mis buenas amigas, tan solo le sonrió— ¿Es por Daniel? —Son muchas cosas— Susurro y el profesor voltea. —Silencio chicos— Dice antes de volver a explicar la clase. El tiempo pasa rápido, tan solo podía observar por la ventana, veo al curso de a lado pasado, cada uno con su grupo, observó a mis compañeros y a pesar de querer alejarlos ellos están allí siempre dándome mi esposo y dándome su apoyo. Las clases terminan mi amiga victoria y Daniela se acerca a mí. — ¿Qué tienes?— Pregunta Victoria un poco curiosa y preocupada. —Me da rabia no haberme despidos de ella, pero lo que más me duele es que ella era una buena persona, de buenos sentimientos, sufría tan sola, las burlas por ser obesa, los maltratos psicólogo de su esposo, todo eso para mí es terrible y no darme cuenta de eso, ella a mi lado siempre teníamos de que hablar, siempre tenemos una sonrisa para mí, para sus sobrinos. —Ella era como mi segunda madre, pase tanto tiempo a su lado y nunca me di cuenta de eso, no sé si la rabia que tengo en estos momentos es por eso o porque no la pude ayudar. — ¿Cómo podrías? — Pregunta Daniela— Si tienes apenas 14 años, no debes culparte. —Les prometo que por ella jamás me dejaré tratar así, siento que si lo hago no aprendí de su dolor. — ¿Si te enamoras?— Hace la pregunta Victoria algo curiosa y me detengo en seco. —Nadie por amor, escucha nadie tiene derecho de tratarte mal y denigrante, aunque lo ames debes saber cuál es el momento de irte, a pesar de que duela. Fin del Flash. Creo que ese es uno de mis recuerdos más doloroso, a esas das tan solo con 14 años tuve una perdida de un pilar de mi familia que me hizo abrir mis ojos al mundo, al dolor que sientes de que alguien y más aún que te ame te denigre de esa manera, nunca podría imaginar que esa promesa que hice se volvería mi guía. No lo tomen a mal, de hecho hoy en día agradezco esa dedicación que tengo, esas palabras que es me decían que están guardadas, arraigada en mi corazón. Pero también me iba a encontrar con alguien que por primera vez haría que mi corazón latiera a mil por hora, que por primera vez miles de emociones me iban a invadir la piel, que los pensamientos más sanos hasta los más pecaminoso serían parte de mi vida. Pero que sé eso aprendería más de lo que muchos imaginarían, que podría conocer el infierno y el cielo con una persona, son cosas que con el cambio de hormonas o etapa de mi vida, pero siempre teniendo en mente esas promesas. Durante todo este tiempo he aprendido a leer muchas historias, pero hay un poema que me ronda mi cabeza. ¿Quién muere? De Pablo Neruda Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no encuentra gracia en sí mismo. Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar. Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito repitiendo todos los días los mismos trayectos, quien no cambia de marca, no se atreve a cambiar el color de su vestimenta o bien no conversa con quien no conoce. Muere lentamente quien evita una pasión y su remolino de emociones, justamente estas que regresan el brillo a los ojos y restauran los corazones destrozados. Muere lentamente quien no gira el volante cuando esta infeliz con su trabajo, o su amor, quien no arriesga lo cierto ni lo incierto para ir detrás de un sueño quien no se permite, ni siquiera una vez en su vida, huir de los consejos sensatos… ¡Vive hoy! ¡Arriesga hoy! ¡Hazlo hoy! ¡No te dejes morir lentamente! ¡No te impida ser feliz! Si quieren obtener más información me pueden seguir en i********: como L_Alejandra 18 o en f*******: como Escrito L Ale.
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