Danna estaba asustada, sentía que su pulso se aceleraba cada vez más. —Yo no te conozco Daniel, ¿cómo voy a casarme contigo? —El tiempo te mostrará quién soy y te prometo que nunca te vas arrepentir de haber tomado esta decisión —dijo Daniel. —Es una idea muy loca, ¿por qué quieres ayudar a mi familia? —Tu padre es un gran amigo —respondió Daniel. —Daniel... ¿podrías dejar que lo piense por algunos días? —Necesito una respuesta Danna, esta propuesta estará en pie hasta el día miércoles, recuerda que tu familia está en problemas y tú puedes ayudarlos. —Lo sé, el miércoles te daré una respuesta —finalizó Danna, después entró al negocio de su padre. La propuesta le daba vueltas en la mente; encontró a su padre en la oficina, él se veía muy pensativo: —Hija siéntate por favor —pidió e