Stella se levantó del suelo y giró sobre sus pies. Amaba su manera de cambiar los temas incómodos. En ese momento lo que menos quería era hablar de cosas que no controlaba, así que me dejé llevar en ese inmenso tema de conversación. Stella era muy feliz con Miller Scott: el hombre de hermoso rostro que eligió para acompañarla en ese espantoso lugar. Y aunque no lo conocía, se ganó mi entero respecto al atrapar una chica tan difícil como Stella. Me erguí por completo. Stella seguía de espaldas, pero al girarla para respondiera, ella asintió y me sonrió. La abracé con evidente felicidad. Gritamos entre risas, saltamos y le dije lo mucho que me alegraba verla feliz —De saberlo, le habría dicho al capitán que los traje a ambos. —No te preocupes. —Me sonrió—. Es algo nuevo aun. La arrastré