______________________________________ Kabul, Afganistán. ―Esperen ―ordené elevando el puño―. Adelante. Siendo las cuatro y media de la mañana, invadimos un escondite clandestino de un grupo terrorista que azotaba Kabul. Llevábamos semanas verificando las pruebas, las cámaras satelitales y las pruebas de calor, los movimientos, las horas de vigilancia en el perímetro y la cantidad de personas que secuestraron para fabricar sus inventos terroristas, venderlas para tráficos e infinidades de porquerías que les enriquecían los bolsillos a los cabecillas de los grupos. Con mi equipo, Crimson Snake, nos ocultamos durante horas en el follaje alto de las afueras del recinto, esperando el silencio que dieran el primer paso en falso. Tuvieron rehenes por días enteros, en los cuales sus familias