Cuando estaba pequeña, diría exactamente cuando tenía cinco años de edad tuve mi primera decepción amorosa se podría decir, me encantaba mi vecino Raúl Bennet, el era diez años mayor que yo, y pues era evidente que nunca en su vida de adolescente se iba a fijar en una nenita como yo, sin embargo, en una de las reuniones que solíamos tener con la familia de él, pues mis padres eran muy amigos de su familia, yo le dije que cuando sea grande lo buscaría y lo obligaría a casarse conmigo. Ahora tengo 27 y hace 19 años que no se nada de él.
Mis padres me comentaron que tendrían una reunión con sus amigos de años, la próxima semana y que les gustaría que yo estuviera allí, pues uno de mis hermanos estaría cumpliendo años y también estaría incluida la celebración en ese encuentro, yo sin más acepte.
[..]
Carmen una de mis mejores amigas, me llamo para que nos viéramos, pues estaba próxima a dar a luz a su segundo bebe, de la que deseaba que yo fuera la madrina, ella además de Lupe que también es mi cuñada, son las únicas amigas que tengo, pues nunca fui así como que amiguera, muy dedicada a mi trabajo y profesión.
Conversamos muchas cosas en nuestra salida, salude a su esposo que llego a donde estábamos , yo aproveche ese momento para poder ir a una de las tiendas de donas para comprar unas cuantas y llevar de reserva a casa, cuando de pronto un estúpido no se dio cuenta por donde caminaba y sin más me tumbó al piso, y por si fuera poco se fue sin ayudarme, solo se sacudió el traje como si chocarse conmigo lo hubiera ensuciado, yo moría de la rabia y solté uno que otro insulto de grueso calibre, pero a el no le importo en lo más mínimo.
Después de semejante molestia, me despedí de mi amiga y su esposo, pues quería ir a casa y darme una ducha relajante, pues no había tenido un buen día que digamos, los recuerdos solían volver a mi mente y sin querer ataba cabos de ciertas situaciones y eso me ponía triste.
Mi hermano Ulises me dijo que deseaba que lo acompañara pues quería salir con la novia, pero al ser una niña de casa los padres no la dejaban salir sola con mi hermano, sino que debían llevar compañía, me pareció algo tierno pues velaban por el cuidado de su hija cuanto mas podían, aunque la mascara de niños buenos a ese par no les quedaba, yo solo con verlos juntos me di cuenta que son candela pura.
Llegamos a uno de los bares mas bonitos y tranquilos de la ciudad, en él se podía tomar unos tragos y además bailar si se deseaba, en la parte de arriba era un hotel, así que si te pasabas de copas te quedabas en unas de las suites y ya, al día siguiente te marchabas, yo no tenía planeado nada de eso pues acompañaba a mi hermano.
Empecé con tequila, de pronto mi hermano me dijo al oído que se iban a ir a otro lugar más privado pues la joven había llamado a sus padres pidiéndoles permiso para quedarse en casa nuestra conmigo, y ellos no vieron problema con eso, pero antes de irse saco una foto de nosotros para hacer más creíble la situación, yo empecé a reír ante tremenda travesura.
Yo seguí con mis caballitos de tequila, después me dio ganas de bailar, me hice amiga en ese lugar de una chica muy guapa su nombre era Cristal, ella también andaba sola y nos juntamos a divertirnos, no se en que momento termine en la pista bailando con un desconocido, pero que en medio de mi borrachera creía tener un vinculo con él. Se movía demasiado bien que hizo que bailaramos por bastante tiempo diferentes tipos de música, sin dejar a un lado lo que habíamos hecho antes seguir tomando los caballitos de tequila, y de pronto cuando quise ir al baño, él se ofreció a acompañarme, como si no estuviese dispuesto a dejar por nada del mundo sola, acepté y una vez allí hice lo que tenia que hacer, lave mis manos y al salir él me tomo de la cintura y unió sus labios con los míos, un beso necesitado, desesperado, lleno de pasión, como si me quisiera follar a través de ese beso, nos separamos por falta de aire, en mi estado de ebriedad no reconocía ninguna de sus facciones, los besos fueron en aumento, cada vez más apasionados, cuando de pronto me vi guiada a una de las suites del lugar, al entrar no dejamos de besarnos, la ropa fue desapareciendo rápidamente, no puede describir el placer infinito que me dio cuando sentí su aliento en mi entrepierna y que me dijera que era lo mejor que había probado, hizo que yo me dejara llevar por lo mas hermoso del deseo. Hicimos el amor por casi toda lo que resto de noche, cuando abrí los ojos al despertar note que había amanecido con alguien, no me preocupe si en el caso no nos hubiéramos cuidado, pues yo no podía tener hijos, lo que me sorprendió en gran manera era ver que era el mismo hombre con el que choque en la cafetería.
Salí como alma que lleva el diablo del lugar, sentía un miedo terrible que de pronto despertará y nos viéramos las caras así que recogí a la velocidad de la luz mi ropa que se encontraba esparcida por el lugar, lo único que no encontré fueron mis bragas y mi brasier, pero no me quedaría a buscarlos, además mi ropa no era muy fina que digamos como para pensar que se me notaria que no cargaba ropa interior. Una vez fuera de la habitación me dispuse a llamar un taxi e irme a casa, debía darme una ducha para quitarme su olor, aunque no estaba muy segura que saliera del todo de mi piel.